En la era sin parches, los desarrolladores entendían que la calidad no era negociable. En estos proyectos, el Tiempo era el lado flexible del triángulo. Ocarina of Time se retrasó un año entero, no solo para corregir errores, sino para innovar y pulir su Alcance hasta la perfección, dando lugar a mecánicas revolucionarias. GoldenEye 007 se benefició de un retraso de dos años que le permitió al equipo, sin la presión de una fecha de estreno, experimentar y añadir un modo multijugador que definiría una generación. En ambos casos, se permitió que el tiempo se expandiera para proteger la calidad, una decisión que forjó leyendas.